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Alertan sobre el aumento de tuberculosis por recortes de financiamiento de USAID

La drástica reducción de financiamiento de USAID durante la administración Trump podría provocar un alarmante aumento de casos y muertes por tuberculosis en todo el mundo.

Descripción

Las autoridades de salud están alertando sobre una consecuencia inminente de la drástica reducción de financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) durante la administración Trump: el riesgo de un aumento global en los casos de tuberculosis y muertes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió recientemente que estos recortes de fondos podrían poner en peligro millones de vidas, ya que muchos países dependen de la ayuda extranjera para la prevención, pruebas y tratamiento de la tuberculosis.

Globalmente, la tuberculosis es responsable de más muertes que cualquier otra enfermedad infecciosa. En 2023, aproximadamente 1.25 millones de personas murieron debido a esta infección bacteriana, y se diagnosticaron alrededor de 8.2 millones de nuevos casos, alcanzando un récord histórico. Hasta hace poco, USAID proporcionaba cerca de un cuarto de la financiación internacional para los servicios de tuberculosis en otros países, llegando a ofrecer hasta $250 millones anuales para programas en 24 naciones.

Según la OMS, los recortes de financiamiento de Estados Unidos han llevado al colapso de cadenas de suministro de medicamentos, a una grave interrupción de los servicios de laboratorio y a un colapso de los sistemas de vigilancia, lo que dificulta la identificación, monitoreo y tratamiento de los casos de tuberculosis. Estos recortes han incapacitado a varios programas nacionales de tuberculosis, con advertencias de la OMS sobre impactos devastadores en 18 países con la mayor carga de enfermedad, muchos de ellos en África.

En Uganda, la reducción del financiamiento de USAID ha dificultado el pago a los trabajadores de salud comunitaria, lo que ha llevado a una falta de personal. Estos trabajadores desempeñan un papel crítico en notificar a las personas que dan positivo por tuberculosis y llevarlas a recibir tratamiento. La falta de recursos está impidiendo la búsqueda activa de pacientes, lo que resulta en diagnósticos tardíos y un mayor riesgo de propagación de la enfermedad.

Desde la interrupción del financiamiento de USAID, se estima que han ocurrido 3,400 muertes adicionales por tuberculosis y 6,000 infecciones más, según un modelo de proyección coordinado por la Alianza para Detener la Tuberculosis, una organización de las Naciones Unidas que busca erradicar la tuberculosis como problema de salud pública. Este aumento en la propagación de la enfermedad podría afectar incluso a Estados Unidos, ya que podría permitir que más personas que viven o viajan al extranjero lleven la enfermedad de regreso al país. De hecho, en 2023, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) registraron más de 9,600 casos de tuberculosis en EE. UU., lo que representa un aumento del 16% en comparación con el año anterior y un 9% con respecto a los niveles prepandémicos de 2019.

Este contexto es preocupante, ya que una resurgencia de la tuberculosis en EE. UU. entre 1985 y 1992 se atribuyó, en parte, a la disminución de los programas de control de la tuberculosis y al aumento de los casos globales. La OMS establece un objetivo de reducir los casos de tuberculosis en un 80% y las muertes en un 90% para 2030, un objetivo que se vuelve aún más inalcanzable con la drástica reducción de recursos en la lucha contra esta enfermedad.

Experiencias de tratamiento para la tuberculosis son complejas, ya que los pacientes deben tomar antibióticos por un periodo de seis meses, y suspender el tratamiento prematuramente puede llevar a que las personas desarrollen resistencia a los medicamentos y propagen esa cepa resistente a otros. Hasta la fecha, el papel de USAID fue crucial en la mejora de las cadenas de suministro, la identificación de nuevos casos y la inversión en ensayos clínicos para nuevos tratamientos y pruebas de diagnóstico.

La reducción de recursos y el desmantelamiento de programas han generado una preocupación creciente entre expertos en salud pública, quienes advierten que la falta de financiamiento no solo puede costar vidas, sino también dificultar el desarrollo de tratamientos para infecciones resistentes a los medicamentos y nuevas formas de detectar la enfermedad en niños, que suelen ser difíciles de diagnosticar. La pérdida de innovación y recursos en la lucha contra la tuberculosis puede tener repercusiones devastadoras no solo a nivel global, sino también en el ámbito local de Estados Unidos.